Sad Hill, aquella colina triste con su falda sembrada de tumbas polvorientas donde se desarrolla el largo duelo a tres del final de El bueno, el feo y el malo, va camino de convertirse en Bien de Interés Cultural. Lo será estrictamente por sus valores cinematográficos, a diferencia del Desierto de Tabernas (Almería), el paradigma español de los escenarios de western, que está protegido bajo un concepto más amplio, como Paisaje de Interés Cultural de Andalucía, Paraje Natural o Zona de Especial Protección para las Aves (ZEPA).
La Asociación Sad Hill, el grupo de enamorados y vecinos que emprendió desde 2015 la resurrección de aquel falso camposanto militar que había sido borrado del paisaje burgalés después de 49 años de abandono, asegura que ha conseguido más que buenas palabras del director general de Patrimonio Cultural de la Junta de Castilla y León, Enrique Saiz. En unos días, tendrá lugar la reunión con los técnicos tras la que el propio gobierno autonómico, según el colectivo, incoará el expediente para la declaración de BIC. Sería el primero aprobado como puro patrimonio cinematográfico y con la mitad de tiempo, solo medio siglo, del que se aplica a inmuebles y conjuntos históricos en la comunidad como requisito para iniciar los trámites. Se hace la salvedad “porque el cine es un arte todavía nuevo”, comenta Montse Moneo, responsable de estas gestiones en la Asociación Sad Hill.
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